Posiblemente, la única ventana abierta al futuro, y por lo tanto a la esperanza en Granada, sea el Parque de Las Ciencias, que con tan pocos años en activo, ya se ha convertido en un referente europeo, de cómo hay que militar en la difícil divulgación de la ciencia. Algo que hasta que se inauguró éste museo granadino, era una asignatura pendiente, made in spain, pero que ya está sirviendo de ejemplo, para que otras ciudades levantinas, que apostaron después que nosotros por la ciencia, aprendan a difundir materia tan árida, en clave de divertimento. Por eso cuando lo que se lleva en cualquier espacio expositivo es el famoso, ”NO TOCAR”, en nuestros pabellones se invita a todo lo contrario. La ciencia hay que palparla, para comenzar a comprenderla, y posteriormente... amarla.
Más de setenta mil metros cuadrados, dedicados a la divulgación de la ciencia y nuestra historia, conforman la oferta más atractiva que imaginarse pudiera, al alcance de grandes y pequeños. Y así lo demuestran las cifras millonarias de visitantes, que año tras año, crecen refrendando una opción divulgativa, que abarca todo lo pensable, poniéndolo al alcance de cualquier mente, a la que sólo se le exige, un mínimo de curiosidad para comprender nuestro planeta y cualquier cosa que nos rodea.
Oferta permanente
En el pabellón de La Biosfera, podemos contar la población del mundo en tiempo real, en el de Cultura de La Prevención, aprendemos a luchar contra la siniestralidad laboral, que tantas vidas humanas cuesta todos los años. Nos conoceremos por dentro a la perfección, en el del Cuerpo Humano, o en el de la Percepción, jugaremos con los espejos para oír, ver y volar en clave de caleidoscopio gigante. Los privilegiados de entre tres y siete años, tienen una sala exclusiva para hacer experimentos adaptados a su capacitación, lo mismo que en, AlÁndalus, los mayores comprobaremos la importancia de la ciencia en aquellos tiempos, y su irrenunciable legado que ha trascendido a la actualidad. En la sala Eureka, podremos jugar con un giroscopio, o comprobar la fuerza del aire. Y si los Recorridos Botánicos, son un placer para los sentidos, no es menos interesante visitar su exclusivo Mariposario, con el atractivo de las especies tropicales sobre nuestra nariz. Y ya que hablamos de seres vivos, su Taller de Rapaces, ha merecido con holgura, el reconocimiento a trabajo tan específico, que nos habla de la naturaleza y su conservación. Como guinda de un pastel tan apetitoso, entrar en su Planetario y admirar el universo con la dotación técnica de ciento diez proyectores, es una experiencia inenarrable.
La Torre de Las Hormigas
Observatorio excepcional sobre Granada, es su nao capitana dominadora de la vega, Sierra Nevada, la Alhambra y sus parajes. Éste barco en superficie, con casi doscientos metros cuadrados, cincuenta de altura, y casi dos millones y medio de peso, es el balcón más ilustrado con el que cuenta Granada, dotado de prismáticos y sismógrafo, ascensor y casi doscientos escalones para los valientes en forma física. Un casco de acero inoxidable pulido del arquitecto, Francisco Pastor Gil, convertido en el único mirador de Granada, que desde el presente, atisba el futuro incierto de una ciudad abandonada a su suerte, resignada a la incapacidad y mediocridad de sus políticos, que en poco o nada la representan. Granada, que fue reino, atraviesa la época más deplorable de su historia, debido a la catetez de sus representantes, indignos de ser embajadores de ciudad tan blasonada y competente. Una torre escalada por gigantescas hormigas de exacta anatomía, que nos ayuda a los miopes, para que comprendamos mejor ese mundo de los insectos y nuestra relación con su tamaño. Que cuando estamos en todo lo alto, tenemos la visión que ellas pueden tener de nosotros, y si observamos desde el suelo, nos pueden parecer casi amenazantes. Todo dependerá de nuestra Mimercofobia.
Exposiciones Temporales
Pero si atractiva e interesante es la oferta permanente, mucho más es la temporal. A lo largo de la historia del Parque de Las Ciencias de Granada, los millones de visitantes han disfrutado de acontecimientos al alcance de muy pocos, como una exposición inolvidable a cerca de Los Últimos Dragones, La Música y su Belleza Plástica. Hemos aprendido que cada segundo que pasa en el mundo, se consumen dos mil quinientas Aspirinas, o que El Rostro Humano, es sólo la octava parte del cuerpo humano, pero donde se localiza toda nuestra comunicación con el mundo exterior. Hemos conocido Meteoritos y Mensajes Alienígenas, la Andalucía Submarina, Tecnologías de Gestión de Residuos Radiactivos, Planificación Urbanística, Depredadores como el tiburón, Dinosaurios Carnívoros, La Teoría de La Relatividad, Mujeres en La Prehistoria, Autómatas, y Ciencia y Magia de La Representación, sólo por destacar algunas sin orden preestablecido. El año 2009, ha vuelto a ver como los visitantes han refrendado con su presencia, la oferta divulgadora de la ciencia, más importante al Sur de Europa, rebasando el medio millón de visitantes, a sólo once meses del anterior récord. La Alhambra, Sierra Nevada y éste maravilloso, Parque de Las Ciencias, son los tres motivos por los que merece uno ser reconocido como hijo de ésta tierra, tan rica en historia, y sin embargo, ayuna de ambición ante el futuro, resignada a ser representada por una cuadrilla de incompetentes, de uno u otro signo, que no están a la altura que sus gentes merecen. Que los dioses nos libren de tanto aficionado a la política, que jamás debió abandonar el surco del arado. Amén.
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